Me permito el lujo hoy de no hablar
de trabajo social... o si... no lo sé. El caso es que vengo a recomendaros un
libro, que no es de trabajo social ni de un trabajador social.
Me apasiona leer, me hace sentir
más libre, y un buen día, cuando aún era estudiante, me pasee por las estanterías
de la Biblioteca Infanta Elena hasta dar con un libro de Salvador Navarro, el
autor de la novela que os voy a recomendar.
Salvador Navarro es sevillano e
ingeniero en la casa Renault, sin embargo escribe novelas de marcado corte psicológico
y social.
Mi recomendación es su última
novela, El hombre que ya no soy. Sucede en Sevilla, y mezcla dos historias,
drogas y venganza.
No os voy a destripar nada, pero
es interesante conocer que detrás de todo ese mundo turbio y desgastado, se
observan almas de sensibilidad extrema y necesidad de ayuda.
Pero de toda la novela, la
trama, los personajes, la descripción de la cuidad de Sevilla, me quedo con un
personaje que se llama Alfredo, es catedrático de la Universidad en la rama de filosofía
y tío por consanguinidad de los protagonistas. Además es homosexual y en una de
las conversaciones con otro personaje afirma:
“Los homosexuales, muchos de nosotros, cargamos con esa cruz de
resguardar nuestras vidas personales como témpanos de hielo, porque a la
mayoría de la sociedad le incomoda pensar que tenemos vida emocional propia, se
limita a tolerarnos, que verbo más feo”
Gran verdad! La sociedad se
limita solo a tolerar en la mayoría de las ocasiones sintiéndose además bien
por ellos, unos modernos, esa frase tan descastada de: “Yo tengo muchos amigos
gais”.
Y la tolerancia, esa palabra
vendida de “te respeto pero no me remango a tu lado para luchar por tus
derechos”… Cuando son los derechos de todos y todas. La sociedad no debería dividirse,
sino contar con el respaldo suficiente para toda la sociedad. Que fueran
derechos reales no tolerados, sino aceptados y conseguidos por todos.
Parece que para aprender y
reflexionar están los ensayos y textos científicos y aquí va un sevillano a dar
contundencia y hacer reflexionar con una novela. Pura y sencillamente novela.
Os la recomiendo por la fuerza
psicológica de sus personajes, la inmensa carga social que conlleva la trama,
la facilidad para pensar que eres uno de ellos, para conocer lugares sevillanos
y para aprender que los sentimientos deberían de estar siempre por delante de
quienes somos cuando salimos a la calle a dar lo mejor de sí.
Muy emocionado por tus palabras, Rocío. Gracias de corazón. Aquí un amigo
ResponderEliminarMil gracias a ti...
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