Parece que se me olvida pero no, yo soy
poeta. Lo que ocurre es que el Trabajo Social lo inunda todo y entonces se me
olvida que en mi forma de vivir, la poesía ocupa un lugar muy importante. Hay
cuestiones que necesito plasmarla en un papel.
Tampoco se vaya a
creer el que lee esto que mi poesía es buena, solo quiero decir que a veces, es
la única manera de expresarme.
Así que os dejo con
un poema que se llama Olvidos y que está basado en las familias que a lo largo
de tres años de mi vida laboral, he ido visitando, atendiendo e interviniendo
como trabajadora social.
Por ellos, ahí va:
Un día la miras,
y sus ojos no te dicen lo
mismo.
No es que estén apagados
o se hayan distraídos,
es que se encuentra en
una esfera distinta.
Eso es lo que deben
llamar olvido,
y que tú dices,
mi mujer me mira con
otros ojos.
Ahora ella no sabe de qué
se ríe,
ni a dónde vas cuando
dais un paseo.
No recuerda quien fue en
esta vida,
ni el importante papel
que contribuyó
en la creación de vuestra
familia.
No sabe que sus hijos
van a verla algunos
domingos,
ni recuerda por que un
niño pequeño le dice abuela.
Te mira desde otra
dimensión,
pero sabe que eres tú
aunque te llame de mil
maneras distintas,
la persona que le esta
queriendo, mimando y cuidando,
como si fuera el primer
día…
Un día la mías,
y sus ojos no te dicen lo
mismo.
Ya no tiene recuerdos,
pero tú a cada instante
le cuentas quien eres,
a base de besos.
Alzheimer, una carrera
contra el tiempo y el olvido.